Soy Mia Paz

Mi Biografía

Más sobre mí
Este viaje comienza en una antigua construcción en el barrio Nariño, en el sur de Bogotá, la capital de Colombia. Desde la entrada se divisaba un corredor largo, con baldosas de cerámica de colores verde, rojo y blanco, que conducía a cuatro apartamentos independientes en los que habitaban familias numerosas, a las que seguramente no les alquilarían con facilidad otro tipo de propiedades. La pasajera principal es una niña blanca como un copito de nieve, rubia y soñadora, que vivía en la segunda entrada, a la que se ingresaba por una puerta de madera verde, antigua, de doble hoja.

La pequeña se despertaba temprano, se miraba al espejo para verse los hoyuelos en las mejillas y sus dulces ojos cafés, jugaba con las mascotas y esperaba su turno para el baño. Eran doce hermanos, y a los “cuatro chiquitos”, como les decían a los menores, los bañaban en el patio, en fila, al lado de la alberca. Eso sí, con agua tibia, que su madre calentaba previamente en la estufa de carbón. Después de eso, ella pasaba el día ayudando a su madre en las labores de la casa, lavando medias y calzoncillos de sus diez hermanos varones y de su padre. Eso era lo que le correspondía por ser mujer, en un mundo hecho para hombres.

Había llegado al mundo cuando Anita, su madre, una guapa mujer de cabello castaño claro, bajita, de contextura robusta, ojos pequeños, color miel, piernas fuertes, tez blanca y energía incomparable, tenía 42 años.

Su infancia transcurría en un patio, donde vivía todo tipo de aventuras. Un batallón de personas viviendo bajo el mismo techo, en medio de demandantes labores domésticas. Una empleada llamada Cecilia iba a ayudar a Anita, pero las dos no daban abasto para tantas tareas. Esto requería organización. Había tandas para lavar la loza. Cuando algún vecino iba a buscar al encargado de turno para que lo acompañara a jugar, la madre decía: “Él no puede salir ahorita. Está tocando el piano”. Todo el barrio pensaba que eran músicos, creencia que se reforzaba porque su padre salía con la guitarra y encontraba en cualquier esquina una buena excusa para tocar y cantar. Sin embargo, el verdadero concierto era cuando a la pequeña le correspondía arreglar la cocina, dado que tenía la extraña habilidad de dejar caer platos y pocillos. Se dejaba llevar por sus pensamientos y se perdía en la nebulosa, soñando con viajes fantásticos a planetas desconocidos y, cuando menos lo esperaba, sonaba la sinfónica de los trastes rotos.

Cada vez que se le resbalaba algo de las manos, aparecía su madre a decirle “¿Otra vez?”, mientras sus hermanos se reían. Lo único que la aprendiz de lavaplatos atinaba a contestar era “¿Cuánto vale?” y prometía que un día lo iba a pagar. Y así lo hizo; cuando recibió su primer sueldo formal, a los catorce años, trabajando como vendedora en un almacén de regalos en el barrio Restrepo, en el sur de la ciudad, corrió a comprar una hermosa vajilla y, al mejor estilo de Rin Rin Renacuajo, llegó a su casa, muy tiesa y muy maja, con una gran caja para resarcir los perjuicios ocasionados. La madre la recibió amorosamente y le dijo: “Todavía queda debiendo, son muchos años rompiendo platos”. De esta manera, formó otra creencia: “Haga lo que haga, siempre voy a estar endeudada”.

En las tardes se sentaba en un pequeño sardinel, en el patio, y se distraía mirando las nubes, en busca de figuras mágicas. En las noches, salía despacito con el gato Mono y el perro Flipper, se sentaba en el mismo lugar y se deleitaba contemplando las estrellas, mientras se preguntaba: “¿De dónde soy? ¿A qué lugar pertenezco? ¿A qué vine a este mundo?”. Era un ritual sagrado hasta que la mamá salía y le pedía que se entrara a la habitación.

A sus cinco años, se sentía feliz y protegida al lado de mamá, y respaldada cuando veía a papá, que no permanecía mucho en casa. Amaba a sus hermanos y aprendía de ellos, en un entorno mayoritariamente masculino donde jugaban a policías y ladrones, héroes y villanos, indios y cara pálidas. De vez en cuando aparecía uno de sus hermanos o de sus vecinos amarrado a una de las columnas de madera y se escuchaba una voz que decía “Atrapado, maldito pillo”.

Son muchas historias de una vida vista por una niña, cuya madre soñaba con que la pequeña fuera actriz de Hollywood, al mejor estilo de Marilyn Monroe. Si quieres saber más no te pierdas Viaje A-Marte.

Mi seudónimo es Mía Paz y mi principal creencia es que yo soy amor en acción.

Soy una mujer sensible, que vine a edificarme y a edificar a otros.

Mi propósito de vida es comunicar y sanar. Trabajo en mi mejoramiento continuo, ya que mi desafío es competir conmigo misma. Durante mucho tiempo estuve aferrada a mi ego, pero gracias a las experiencias de la vida y a los aprendizajes que he recibido como bendiciones, con el paso de los años aprendí a conectarme con mi divinidad, con mi esencia.

Yo soy una mujer magnética, libre, victoriosa y con una apoteósica visión. Vibro con los entrenamientos transformacionales que me permiten acompañar a otros a reconocerse en su luz y en su grandeza, a conectarse con su esencia y volar.

Me declaro apasionada de la sanación holística, el mentoring y la genialidad del ser humano. He acompañado a miles de personas a auto observarse, a encarar su oscuridad, a elevar su conciencia y a adueñarse del timón que los convierte en capitanes de su propia vida.

Mi nombre de pila es Myriam Chávez R., una mujer alineada con la energía espiritual, conocedora de la abundancia y enamorada del amor.

Nací en la bella Colombia, pero soy ciudadana del mundo. Soy comunicadora social y periodista de la Universidad Los Libertadores, especializada en Periodismo Económico en la Universidad de la Sabana y en Televisión en la Universidad Javeriana. También hice estudios de Economía en las universidades Nacional y Javeriana de Bogotá (Colombia).

Trabajé en los diarios El Espectador, La Prensa y La República, así como en la revista Negocios. Cofundé y codirigí la revista Seguridad Social Al Día, y en radio y en televisión creé el primer noticiero económico de Colombia. En mi rol como periodista económica de El Espectador obtuve el Premio de Periodismo Simón Bolívar y el premio de periodismo económico “Entrégate a Colombia, cuenta la historia”.

Igualmente, gané el Campeonato Mundial de Speakers 2020, evento organizado por la Cámara Internacional de Conferencistas (CIC), y fui galardonada como la “Mejor escritora, periodista y mentora colombiana” por parte de la Organización Gacetas de Colombia, en 2021.

Autora de los libros Escape (novela transformacional, 2013), Diario de sapos y brujas, príncipes y princesas (obra enfocada en las relaciones de pareja, el duelo y el renacer, 2019), y Escape (novela transformacional renovada y actualizada, 2020), tres obras publicadas con el Grupo Editorial Planeta.

Soy coach ontológica de Newfield Network, coach empresarial y de vida.

(Coaching For Wellness), coach espiritual, entrenadora transformacional, Master Trainer y Master Speaker internacional. Actualmente, soy CEO de Emporium Training y directora de la escuela de coaching de la misma compañía.

He hecho estudios de maestría en hipnosis y regresiones en Madrid y Barcelona, pues soy una apasionada del estudio de la mente y la energía como el arma láser para catapultar las infinitas posibilidades que todos, sin excepción, tenemos.

Yo soy el vehículo que, desde su esencia, mueve a otros seres humanos para que enciendan su fuego interior y se conduzcan por la senda de su propósito de vida.

Mis servicios

Mis roles principales

Testimonios

Que piensan de mí

Mía, gracias por ser una llama sanadora en mi vida. Gracias por acompañarme en este viaje tan importante y significativo. Realmente aprecio y valoro cada momento compartido, los conocimientos y relaciones que ha traído este proceso. Gracias por permitirme reconocer, amar, sanar en muchos aspectos de mi vida. Soy una aprendiz, gracias por ser mi mentora, por ser mi luz y mi guía y por permitirme ser luz para otros.

Ana C. Douglas | Guajira – Colombia

Ana C. Douglas | Guajira – Colombia

La peor tusa de mi vida me motivó a buscar a Mía Paz y a hacer un proceso de mentoring con ella para lograr mi reconstrucción. Cada sesión con Mía es un espacio nutritivo y poderoso al que le encontré un gran valor desde el primer momento y sobre todo me conectó conmigo mismo en un momento difícil de mi vida. Mía me ayudó a recoger los pedazos de mi corazón y a repararlos magistralmente en una pieza final de la cual me siento feliz y orgulloso. Al terminar el mentoring con Mía, no solamente pude decir que terminé la tusa, sino que definí mi propósito de vida, mi visión, construimos metas y cree nuevos hábitos que han cambiado mi día a día. Lo que más me gustó de Mía es que integra varias terapias en sus sesiones como regresiones, hipnosis, meditación, coaching… y mucha, mucha diversión.

Felipe Vélez | Ciudadano del mundo

Felipe Vélez | Ciudadano del mundo

Maravillosa experiencia… de vida y de crecimiento personal. Sanar y Aprender son dos decisiones que se toman cuando estamos preparados para evolucionar en este plano terrenal….. Sigo sanando, sigo sembrando desde el amor para el amor… MÍA, mi gran mentora, QUE DIOS TE BENDIGA EN TODO. Te amo y honro cada paso de tu existencia. Gracias por ser fuente de transformación en medio de todo y elevar nuestros estándares para lograr lo que siempre soñamos. Gracias por permitirme compartir contigo y con almas tan lindas, todos son chispas de DIOS y a la vez somos uno. Cuenta conmigo en lo que les pueda contribuir desde mi esencia.

Yandra Bonilla | Cali – Colombia

Yandra Bonilla | Cali – Colombia

La mentoría con Mía fue un espacio de descubrimiento, emprendimiento, retos, luz, impacto, conocimiento, magia, poder, amor, compromiso, conexión, vida, redescubrimientos, creación y perdón. Hoy le grito al mundo que renací. Salió a la luz el verdadero Felipe, que está lleno de sanación, vida, magia, perdón, impacto, compromiso, lealtad, chispa, pasión y liderazgo. En mi corazón queda una alegría eterna de saber que ya no le tengo miedo al mundo y que soy un ser que se relaciona y mueve las montañas con su luz. Hoy soy el líder que siempre soñé y anhelé ser. Solo tengo gratitud eterna con mi mentora.

Felipe Vergel | Bucaramanga- Colombia

Felipe Vergel | Bucaramanga- Colombia

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Aléjate de los tóxicos

Mia Paz Coach, mentora y escritora ¿Te has encontrado inmerso en un entorno donde las personas te drenan la energía? ¿Has experimentado estar en un grupo en el que se…

Hipnosis Flash Back

El método Flash Back se aplica siempre según el interés de cada cual. Nada se hace contra la voluntad del interesado. Siempre se actúa en favor de este, potenciando su voluntad en todos los casos. Además, se es consciente en todo momento y se recuerda todo lo sucedido.

Sé una pecora nera, es tu momento

¿Durante cuánto tiempo te has hecho daño? ¿Te has dado cuenta de que eres tu principal juez y verdugo? ¿Has comprobado que ser parte del rebaño y actuar como una pecora bianca (oveja blanca) no te conduce A-Marte?