Mia Paz
Coach, mentora y escritora
¿Te has encontrado inmerso en un entorno donde las personas te drenan la energía?
¿Has experimentado estar en un grupo en el que se respira tensión, angustia, estrés o ansiedad?
¿Te reconoces viviendo el síndrome del cangrejo, que no es más que un entorno de mediocridad, envidia, conformismo e hipocresía?
El principal desafío que enfrentamos los seres humanos es relacionarnos. Soñamos con vivir en paz, plenitud y felicidad; para ello debemos aprender el arte de las relaciones, del cual depende nuestra expansión, desarrollo y posibilidad de dejar huella.
¿Te cuesta poner límites, escuchar con generosidad, liberarte de los juicios, salir de la victimes y limpiar tu círculo, aunque sabes que es tóxico?
En mi rol como coach y mentora, me he encontrado con visionarios, que buscan lanzarse al mundo de la empresa y a su alrededor reciben “No” de un entorno miedoso, inseguro y cómodo que transmite sus creencias limitantes de frustración y victimismo. No se trata de buscar culpables, sino de hacernos cargo. El éxito de cualquier persona está marcado por su contexto. Salte del rebaño. Toma riesgos. Es momento de dejar de ser una oveja blanca. Atrévete a ir por lo que mereces.
“Dime con quién andas y te diré quién eres”, dice aquel famoso proverbio popular y es que somos el promedio de las cinco personas con quienes compartimos la mayor parte de nuestro tiempo. ¿Tus cinco principales relaciones, te impulsan y elevan tus estándares? ¿Aportan a tu vida, o solamente demandan? ¿Existe equilibrio entre lo que les das y lo que recibes?
Te invito a que te cuestiones. Es más, ¿tú estás siendo aporte para otros, o eres tóxico?
Seguramente te estás preguntando ¿cómo detectar a un tóxico? Aquí te dejo algunos otros interrogantes: ¿esas personas te escuchan o únicamente quieren ser escuchadas? ¿Cuándo compartes con ellas, te llenas de energía o terminas agotado? ¿Su lenguaje es de optimismo o de queja? ¿Respetan tus opiniones, aunque se distancien de las de ellos? ¿Apoyan tus planes o te boicotean con su negativismo? ¿Son honestas o hipócritas? ¿Celebran tus victorias o son envidiosas y cizañeras? ¿Te hacen ver amorosamente tus áreas de oportunidad o te juzgan y señalan?
A lo mejor estás durmiendo o conviviendo en tu trabajo o en tu empresa, con el enemigo. Libérate de los tóxicos. Que no te vaya a pasar como cuando los griegos, utilizando una estrategia, invadieron Troya con un famoso caballo que ofrecieron como regalo y resultó ser una fachada para ocultar a los guerreros que los destruirían. A veces nos pasa así en las relaciones, nos involucramos con gente llena de creencias limitantes, que trae a los enemigos por dentro, capaces de destruir sueños y drenar nuestra energía.
Si quieres volar y otros te están poniendo obstáculos, es mejor pedirles que te despejen la pista. Mereces rodearte de personas con las que crees relaciones de equilibrio, armonía, reto y plenitud. Te invito a leer mi libro “Viaje A-Marte”, el planeta del amor propio.